Recuperamos estos escritos en nuestro
Blog para compartir con vosotros algunas reflexiones que nos hemos
hecho con respecto al tiempo libre de los niños y a su relación con
nosotros, padres y madres trabajadores.
En los últimos años hemos visto cómo
el ritmo de vida al que estamos inmersos es sumamente acelerado,
llevando a dejar de lado uno de los aspectos de nuestra vida tan
importante como es dedicarle tiempo a la familia. Las extensas
jornadas laborables, la poca conciliación laboral y el cansancio son
algunos de los causantes de que no nos permiten tener una vida más
tranquila y familiar.
Pese a los esfuerzos que hacemos
diariamente como padres para conciliar la vida profesional, familiar
y personal parece que no son suficientes para atender y dedicar el
tiempo suficiente a nuestros hijos. Es fundamental que, mientras
podamos, no permitamos que las obligaciones y la vida moderna
acelerada nos aleje de lo que más queremos. Si realmente queremos
formar parte de la formación holística de nuestros hijos, no basta
con dedicarles “cinco minutos” por mucho que estos sean de muy
alta calidad.
Sabemos que no todas las familias son
iguales, ni tienen las mismas necesidades pero seguro que estos
consejos pueden contribuir a fortalecer los lazos de unión entre
padres e hijos de cualquiera de ellas:
En primer lugar, hay que establecer
unos tiempos para la convivencia. Por ejemplo, establecer las tardes
de los viernes para pasarla en familia pase lo que pase y sin
excusas.
En segundo lugar, involucrarse en todas
las actividades de nuestros hijos es otra de las tareas que puede
marcar la diferencia. Es fundamental que nos interesemos, preocupemos
por sus aficiones y aprovechemos éstas como punto de contacto con
nuestros hijos.
En tercer lugar y no menos importante,
si somos una familia numerosa no podemos olvidar que es crucial y
conveniente sacar tiempo para dedicarlo individualmente a cada hijo o
hija por separado. No es necesario que sea una tarde entera pero sí
conveniente que estemos aunque sea un ratito con cada uno de los
hijos por separado para que se sientan protagonistas por un momento.
Además, en el tiempo que dediquemos a
los niños tenemos que demostrar interés por todo aquello que nos
cuenten, ponernos en su piel cuando les pase algo que les preocupe
emocionalmente, y hacer que todos los momentos que pasemos con ellos
sean memorables, llenos de risas, ingenio y aprendizaje, a ser
posible.
Pensemos que el tiempo que no pasemos
con ellos es un tiempo que no se recupera nunca.
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